Tecnología aplicada a la salud
La tecnología y la economía están interconectadas de una manera integral, y los avances tecnológicos continúan modulando la forma en la que las sociedades producen, consumen y distribuyen sus recursos. Esta tecnología puede afectar a la distribución de la riqueza, la igualdad y la calidad de vida de la sociedad, lo que también tiene implicaciones económicas. En el área de la salud, la tecnología ha tenido un impacto significativo en la esperanza de vida y la salud de la población en general.
La esperanza de vida varía según el país y ha ido aumentando en general en las últimas décadas debido a avances en la atención médica, la mejora de la calidad de vida y la reducción de factores de riesgo. Japón ocupa la primera posición de este ranking (según datos del Banco Mundial) con 84.45 años, seguida de Liechtenstein (con 84.4 años) y Suiza (con 83.85 años). España ocupa la octava posición de este ranking, situando a nuestro país en el top 10 de países según la esperanza de vida.
Este escenario de envejecimiento de la población ocasiona que el número de enfermos de las diferentes patologías aumente. Por tanto, la tecnología se plantea como una arista fundamental en la lucha contra estas enfermedades, con el objetivo de curar y también de mejorar la salud de los pacientes. Por tanto, la biomedicina se encumbra como una disciplina fundamental en el ámbito de la salud y de la investigación biomédica.
La biomedicina es una disciplina que se enfoca en el estudio de los procesos biológicos y médicos para comprender y tratar enfermedades y mejorar la salud de las personas. La biomedicina desempeña un papel fundamental en el cuidado de los pacientes mayores, abordando sus necesidades médicas específicas, investigando enfermedades relacionadas con el envejecimiento y promoviendo la salud a medida que envejecemos. Este sector ya representa el 11% del Producto interior Bruto europeo y en España roza el 1%.
Actualmente, las líneas de investigación son numerosas, pero destacan las investigaciones centradas en aumentar la precisión de la radioterapia en pacientes oncológicos, la utilización de bioseñales para predecir el estado de un paciente de Parkinson o Alzheimer y cuantificar de forma objetiva su estado de salud, desarrollar nuevas terapias y nuevos medicamentos, la utilización de técnicas de aprendizaje automático para la predicción de genes de enfermedades...
Es de destacar el interés de los inversores en compañías de biotecnología que ofrezcan productos o servicios innovadores, puesto que se ha convertido en uno de los sectores con mayor rentabilidad e impacto a nivel mundial. Actualmente, en el contexto económico de escalada inflacionista continua que vivimos, este sector, si la inversión tiene éxito, ofrece un doble beneficio: el impacto social y el retorno económico. En España han surgido en los últimos años numerosas start-ups con el objetivo de revolucionar la salud digital y la atención sanitaria, por ejemplo, mejorando la tecnología con la que se produce el diagnóstico de enfermedades raras, creando modelos predictivos para analizar casos clínicos y mejorar la toma de decisiones o desarrollando dispositivos que permiten tratar el cerebro de forma no invasiva.
Las grandes tecnológicas también han entrado en la guerra por la solicitud de patentes en el área sanitaria, lo que pone de manifiesto que el área de salud se ha convertido en una prioridad para estos gigantes corporativos, y dado que manejan una enorme cantidad de datos y disponen de los medios adecuados para analizarlos, se posicionan como los líderes perfectos en este sector.
Conclusiones
La tecnología aplicada a mejorar la salud de la población puede tener un impacto significativo en la economía de los países y a la vez puede suponer un sector donde invertir de forma razonablemente exitosa y que suponga un retorno a la sociedad.
Es importante destacar que la tecnología también plantea desafíos y preocupaciones, como cuestiones de privacidad, seguridad de datos y la posibilidad de un acceso desigual a las nuevas tecnologías. Estos aspectos ya se están trabajando tanto a nivel nacional como internacional con el objetivo de establecer un marco donde todos los jugadores operen, en la medida de lo posible, en igualdad de condiciones.